24 de junio de 2010



Las ilusiones crecían, y yo no hacía nada por pararlas. Adormilada, buscaba el sueño en sus esperanzas, queriendo encontrar en ellas lo que anhelaba, creyendo que imaginarlo una y mil veces lo haría tornarse real, como un oscuro presagio de tormenta que trae la paz.

¿Por qué es tan difícil dejar la mente en blanco…?

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